José Gregorio González Márquez
La escritura de poesía para niños no la asume cualquier persona. Pueden considerarse privilegiados los autores que entran en posesión de la palabra y la trasmutan a poemas para chicos. La poesía dedicada a los más pequeños es sutil, amorosa, precisa, diáfana y sobre todo con una carga especial de imágenes que atrapa a quien lee y le mantiene atado a sus versos.
El
discurso poético para niños es esencialmente familiar. La cercanía del texto
genera emociones, acuna, remueve sentimientos, purifica la lengua y entretiene
mientras va permeando el alma del infante. Quienes escriben poesía infantil son
maestros en el manejo de la metáfora y en la seducción con la escritura. No
basta con escribir versos rimados y descripciones pedagógicas. Es importante
desatar la intimidad de la grafía para ilustrar desde la poiesis la belleza y
universalidad de la palabra.